Valencia.
Armonía y su marido posan junto a la pequeña Diana, en una imagen facilitada por la familia. :: LP
Para un padre o una madre resulta complicado encontrar las palabras exactas para explicar lo que se siente cuando se ve por primera vez a un hijo. Felicidad es uno de los sentimientos, aunque hay más. A Armonía Benedito, vecina de Burjassot, le pasó cuando acudió a China a recoger a su pequeña Diana Jing.
Armonía y su marido posan junto a la pequeña Diana, en una imagen facilitada por la familia. :: LP
Para un padre o una madre resulta complicado encontrar las palabras exactas para explicar lo que se siente cuando se ve por primera vez a un hijo. Felicidad es uno de los sentimientos, aunque hay más. A Armonía Benedito, vecina de Burjassot, le pasó cuando acudió a China a recoger a su pequeña Diana Jing.
«Tienes que tener paciencia y nunca hay que tirar la toalla, aunque se pase mal. Cuando yo vi a mi hija supe que estaba predestinada a estar con nosotros», explica. Diana vive en la Comunitat con su familia adoptiva desde el septiembre. «Llevaba aquí un mes y ya la veías dar saltos en la cuna», explica su madre, que no puede evitar una leve sonrisa. «Nunca pensé en echarme para atrás. Me daba igual esperar, aunque fueran seis años», añade. «Mi marido decía que si buscábamos en otro país esta niña necesitaría unos padres». No hizo falta nada má para despejar dudas.
Una de las primeras cosas que hizo fue mirarle la oreja, pues ya le dijeron que tenía una pequeña malformación. «A veces se dice que cambian a los niños», explica como justificándose. Además, recuerda que Diana no lloraba aquel día.
Armonía explica que iniciaron el proceso en 2006, es decir, antes del cambio normativo. Hay que tener en cuenta que un proceso de adopción no está pensado para padres que por cualquier motivo no pueden tener hijos, si no que se centra en buscar a la familia más adecuada para los menores. En el caso chino, desde hace dos años se requiere un mayor nivel de ingresos y por citar el ejemplo más extremo, se piden datos para descartar a padres extremadamente obesos. «Siempre tienes la preocupación de que te lo denieguen. Está ese miedo», continúa Armonía, a la que una discapacidad del 65% como consecuencia de la polio no le impide disfrutar de su pequeña.
Desde que la familia llegó a la Comunitat el pasado año, muchas cosas han cambiado en este hogar valenciano. «Todo ha ido muy bien. Y lo que sé seguro es que esto no lo cambio por nada del mundo», concluye Armonía.
Fuente: http://www.lasprovincias.es/v/20100503/comunitat/desde-supe-estaba-predestinada-20100503.html
Fuente: http://www.lasprovincias.es/v/20100503/comunitat/desde-supe-estaba-predestinada-20100503.html
Comentarios